Manuel de la Calva solo podía morir al final del verano, a los genios les coincide la historia o al revés, siempre parecen cumplir la promesa que su obra ha hecho. Manuel de la Calva escribió un montón de maravillosas canciones, de esas que todos hemos cantado alguna vez, y los que no lo hayan hecho, lo harán ahora, ya lo veréis. Era uno de esos artistas que nacen para que otros sueñen y eso es fácil decirlo pero muy difícil encontrarlo.
A mi me pilló como de lejos, ni siquiera a mis padres, que se casaron en el 63, el año de Amor de verano, les hicieron volar. Pero estaban ahí, eran como de toda la vida, y a veces, sin darnos cuenta, en un momento difuso, se te colaba una canción del Dúo Dinámico y te hacía recordar, vivir lo pasado, sentir lo vivido.
La canción Amor de verano, que ya digo, es de 1963, la hizo inmortal nuestro Antonio Mercero, cuando la colocó, varias veces, en el último capítulo de la mejor serie de la historia de nuestra televisión: Verano azul. Ahí volvió como un buen amigo y ya no se marchó nunca de nuestra vida.
A mí siempre me pareció una verdadera obra maestra.
Porque eran maravillosos aquellos veranos de entonces, donde te pasabas cuarenta días en la playa, y volvías a casa solo para comer, a veces ni eso, y todo era amor, amigos, amigas, aventuras, leyenda y aquellas estrellas que tenía el verano de antes y eran como manos grandes donde estar muy juntos. Cuando volvías a tu ciudad casi no recordabas tu viejo cuarto o tu vieja calle. Pues eso lo supo escribir y cantar Manuel de la Calva en su canción de una forma clara, sencilla, directa, poderosa, inigualable… ese amor de arena y mar que se queda en las palmeras, intenso y poderoso, que va retrocediendo según avanzan los coches por la carretera de septiembre y luego se deshace cuando llegan los primeros exámenes y las primeras luces de Navidad.
Pero el amor de verano también es el de la casa de un abuelo, la conversación de un primo, el árbol donde se besaron unos padres, la vieja casa donde estudió un abuelo su oposición a juez.
Manuel de la Calva se nos ha ido, como se va en unos días este verano de 2025, y se nos pone la cara extraña a los que amamos el verano, pero no importa, tenemos todo el curso para soñar que vuelve. Es lo mismo que Manuel de la Calva, se ha ido con la arena del verano, pero la música es eterna, como ese mar, y su voz podemos oírla siempre.