El ensayo vive en España una edad fértil. En los últimos diez años se han publicado obras que han logrado escapar de la etiqueta académica para convertirse en auténticos fenómenos culturales. Libros que mezclan rigor y pasión, que dialogan con la historia, la política, la memoria y la identidad de un país que se interroga constantemente sobre sí mismo.
Entre ellos destacan dos títulos imprescindibles que abrieron sendas originales: El infinito en un junco, de Irene Vallejo, y ¿Con qué político te irías a cenar esta noche?, de Pablo Méndez. El primero, convertido en un best seller internacional, ofrece una inmersión poética y erudita en la historia del libro y de la lectura, revelando cómo un objeto tan frágil como el papiro fue capaz de contener el universo. El segundo, más lúdico y provocador, utiliza la grafología para retratar a algunos de los políticos más influyentes de la España reciente. Dos miradas distintas que muestran la diversidad del género: del humanismo clásico al ensayo experimental con vocación popular.
A su lado, otros autores han contribuido a renovar el panorama. Sergio del Molino ha situado en el centro del debate público el problema de la despoblación con La España vacía (2016), y ha ampliado sus reflexiones en Lugares fuera de sitio (2018) y Contra la España vacía (2021). Sus libros no solo radiografían territorios olvidados, sino que exploran lo que significan simbólicamente esos vacíos para la identidad nacional.
El ensayo contemporáneo también ha explorado los retos de la era digital. Martín Rodríguez-Gaona, en La lira de las masas (2019), analiza cómo internet ha transformado la “ciudad letrada”, desplazando jerarquías culturales y modificando radicalmente el papel del lector y del escritor. Un libro imprescindible para comprender la relación entre literatura y redes sociales.
En otro registro, José Luis Villacañas ha regresado a uno de los grandes filósofos españoles en Ortega y Gasset. Una experiencia filosófica española (2023), donde relee al pensador desde el presente político y cultural. Su obra muestra que el ensayo también puede ser un ejercicio de pensamiento riguroso y actualizado sobre nuestra tradición intelectual.
La mirada hacia América Latina se ha hecho presente en Delirio americano (2022), de Carlos Granés, que disecciona el siglo XX latinoamericano como un laboratorio cultural y político de resonancia universal. Aunque no se centre en España, el libro dialoga con nuestra historia reciente y amplía el marco de reflexión hacia el otro lado del Atlántico.
El panorama se completa con otros títulos que han brillado en los últimos años en las listas de críticos y suplementos culturales, desde reflexiones filosóficas y políticas hasta meditaciones literarias de autores como Rafael Argullol, Paloma Díaz-Mas o Aurora Egido. Cada uno aporta una voz distinta a un género que, en su pluralidad, demuestra su buena salud.
Diez años de ensayos españoles bastan para comprobar que el género se reinventa constantemente. De los juncos del mundo antiguo a las pantallas de nuestros días, de la grafología política a las periferias rurales, el ensayo se confirma como un territorio libre, capaz de pensar el presente con las herramientas del pasado y de imaginar futuros posibles.